En los tiempos que corren, las redes sociales van cargadas de información de todo tipo.

Hay un concepto del que seguro que habrás oído hablar: la libertad financiera.

Se habla mucho de qué ocurrirá con las pensiones, el futuro del empleo, la infelicidad de muchos en su actual puesto de trabajo, la deuda que asola a los estados y particulares, el emprendimiento, la inversión…

Todo esto ha llevado desde hace unos años a poner de moda el concepto de la libertad financiera.

Los medios hablan continuamente del emprendimiento, de formarse continuamente para no caer en la obsolescencia, de invertir en planes de pensiones; de toda una serie de cosas que nos aseguren un mejor futuro.

¿Pero sabe realmente la mayoría, si lo que nos dicen tiene un fundamento o es simplemente la conveniencia de algunos por fomentar una serie de intereses?

En este artículo, pretendo aportar un poco de luz a este asunto que tanto tiene que ver con todo lo que os acabo de describir.

Vayamos pues a destripar de arriba a abajo qué es la libertad financiera, si es posible conseguirla y si lo es, cómo alcanzarla.

 

¿Qué es esto de la Libertad Financiera?

 

La libertad financiera o independencia financiera, es un término que se dio a conocer a raíz del bestseller “Padre Rico, Padre Pobre” publicado en 1997 por Robert Kiyosaki.

Trata de la consecución de un estado de independencia económica del individuo a través del conocimiento del funcionamiento del dinero.

En cristiano: alcanzar a vivir de rentas en algún momento de tu vida o lo que es lo mismo, no necesitar trabajar para generar ingresos pues la persona ha conseguido que se generen por sí solos.

La libertad financiera trata de entender el uso del dinero y mediante la correcta utilización del mismo poder alcanzar la libertad pura y dura a todos los niveles.

 

¿Realidad o ficción?

 

En principio suena bien, ¿no?

Ahora te estarás preguntando: ¿es posible o es otro cuento chino?

Voy a ser muy breve respondiendo: Sí es posible, pero no es ni fácil ni rápido.

 

El lado oscuro de la libertad financiera

 

bombilla-rota

 

 

La red está llena de grandes promesas de libertad siguiendo unos consejos determinados de inversión en bolsa, criptomonedas, bienes raíces (compra-venta y/o alquiler de vivienda).

Hay mucho “personaje” que se vanagloria de haberla conseguido en poco tiempo, etc.

Nada nuevo. Siempre ha habido y habrá gente que te dice que con una inversión o algún truco macabro te harás rico de la noche al día.

Nada tiene que ver con este tema.

Quienes venden eso, lo único que hacen es crear una cortina de desconfianza o lo que es peor, un falso glamour que se aprovecha de la ilusión de la gente y los lleva a cometer auténticas estupideces.

En todo siempre hay alguien que por listo o por suertudo, se hace rico de golpe, pero seamos realistas; ese no es el caso del 99% de la población.

Avisado estás de la “parte oscura” de la libertad financiera. Vayamos a la parte clara, la realista.

 

Una aproximación más realista a la libertad financiera

 

Conozco a algunos que la han alcanzado y también conozco a muchos más, que están en el proceso de alcanzarla algún día, yo entre ellos.

Son gente que tiene los pies en el suelo y que te dirán lo que les ha costado, el tiempo que han necesitado y lo que se han tenido que formar (aunque sólo sea un mínimo).

Sí compañero, es posible, pero cómo decía al empezar, no es nada sencillo y ni mucho menos rápido.

Toma tiempo cambiar los hábitos, el enfoque vital, la forma de usar el dinero y aprender a invertir con cabeza.

No es difícil, pero no está chupado.

Unos necesitan formación para seguir un método, otros no, depende de la persona.

A continuación, te contaré una serie de pasos que he extraído de todas mis lecturas, formaciones e investigación en blogs dedicados al tema.

A partir de todo ello, he desarrollado un método para alcanzarla, pero ya te aviso; no he inventado nada nuevo que no se sepa ya.

Lo único que he hecho ha sido sintetizar y desarrollar herramientas que a mi me van de lujo.

Hay muchos que lo hacen de manera parecida o igual que yo (o yo igual que ellos😉) y otros tantos que no.

Estoy en pleno proceso, y aunque me está funcionando todo muy bien, no tiene porque funcionarle igual a otro, cada persona tiene unas necesidades y aptitudes distintas.

Pero sigas mis pasos o los de otro…

¿Qué es lo peor que te puede pasar haciéndolo?

¿Qué al cabo de unos años tengas bastante o mucho dinero ahorrado, pero aún no puedas permitirte el lujo de dejar de trabajar?

Si ese es el peor de los casos, mal lo que se dice mal no suena…

 

Pasos a seguir para alcanzar la libertad financiera:

 

checklist

 

Seguidamente te expongo todos los pasos que considero hay que seguir para llegar a alcanzar algún día el retiro anticipado.

Insisto en que no es ni fácil ni está asegurado, pero también insisto en que todo esto que te contaré, en el peor de los casos te ayudará a:

  • Llevar mejor tus cuentas
  • Sanear tu economía
  • No temer por los gastos imprevistos
  • Vivir más tranquilo en general.

Podríamos decir que lo que si puedes conseguir 100% seguro es la “semi-libertad financiera”.

Este concepto que me acabo de sacar de la manga, no es nada más que la manera corta de resumir el párrafo anterior.

En resumen: es vivir tranquilo y poder permitirte ciertos lujos de vez en cuando sin tener que sufrir por las deudas, por el dinero, por la jubilación.

Aunque acabes no pudiéndote retirar antes de cuenta -como en principio es la idea- como te digo, a malas tampoco es un mal plan.

Un apunte más antes de empezar. Para llevar a cabo todo lo que te contaré hay que tener ingresos, y para tener ingresos hay que trabajar, tener un negocio, lo que sea.

“No ingresos no party” y como se suele decir:” milagros en Lourdes y sólo una vez al año”.

 

Controla tu flujo de efectivo

 

Lo primero que debes tener claro es qué sucede con tu dinero.

Puede sonar trivial, pero te aseguro que la mayoría de los mortales no saben en qué gastan su dinero y aunque parezca increíble, tampoco saben cuánto ingresan.

¿Increíble no?

Un estudio del Observatorio de Consumo de ESADE apunta que el 85% de las familias no saben qué gastan exactamente cada mes y que sólo un tercio de los hogares conoce sus ingresos con precisión.

Lo que te decía, increíble pero cierto.

Todo tiene un por qué en esta vida.

En este caso -y en muchos otros relacionados con los problemas económicos a nivel de la población en general- responde a otro dato no menos alarmante:

Según el informe “Global Financial Literacy Survey” un 51% de la población española, carece de conocimientos básicos de finanzas.

De manera que vamos a empezar por el principio: empieza ya a llevar un registro de tus ingresos y tus gastos.

Por eso mismo he decidido poner a tu disposición una plantilla excel gratuita de control de ingresos y gastos que te ayudará a empezar tu camino hacia la libertad financiera.

Controlando tus gastos e ingresos tendrás una visión mucho más clara y certera de lo que acontece respecto a tu dinero.

Tan sólo empezando algo tan sencillo como esto podrás:

  • Saber cuánto ganas exactamente.
  • Descubrir cuanto gastas exactamente y en qué lo gastas.
  • Planificar tus metas y objetivos.
  • Tomar decisiones más acertadas en función del conocimiento real de tu dinero.

Muchos me han dicho: “a mi no me hace falta, lo tengo todo aquí” (señalando su cabeza).

Con el tiempo les he demostrado lo equivocados que estaban.

Nuestra cabecita es muy traidora, y a parte de que no puede acordarse de todo, en muchas ocasiones recuerda sólo lo que quiere.

Básicamente nos autoconvencemos.

 

Márcate Objetivos

 

objetivo-enfocado

 

Sin objetivos no hay gasolina, no hay motivación.

Muchos confunden el gasto en caprichos con la felicidad.

También se equivocan.

Esas cosas no son más que píldoras de felicidad breve que sirven para aumentar esa sustancia que nos da felicidad y bienestar a corto plazo: la serotonina.

La serotonina o “hormona del placer” es lo que provoca el subidón que tenemos al comprar algo nuevo, por ejemplo.

Te sientes decaído por alguna situación personal, el trabajo, frustraciones, etc. y necesitas subir ese estado de ánimo que tan poco te gusta.

Ahí entran en acción las compras compulsivas, gastos innecesarios, caprichos, etc.

Eso amigo mío, no son sueños, eso bien podría ser lo que coloquialmente se conoce como “tener el mono”.

¿Sabes que está demostrado que “el subidón” provocado por una nueva compra dura tan sólo dura entre 6 y 8 semanas?

Luego no lo valoramos ni nos produce ningún placer aquello que hemos comprado.

También está demostrado que dan mucha más felicidad las experiencias que las pertenencias materiales.

Una experiencia la tienes para toda la vida y en muchos casos es compartida.

Eso crea unos lazos mucho más fuertes y enriquecedores.

Lo que te quiero decir con todo esto es que no se deben confundir objetivos con caprichos.

Párate a pensar qué es lo que realmente te importa en esta vida, qué te haría feliz y enfócate a conseguirlo.

Para ello deberás dejar atrás viejos malos hábitos y prescindir de cosas que antes no prescindías.

Pero una vez tengas claros tus objetivos reales y sepas qué ocurre con tu dinero, sabrás cómo conseguirlos y cuando lo hagas serás realmente feliz.

Cada vez que tengas un momento de flaqueza, revisa esos objetivos y recuerda por qué estás haciendo lo que haces, esa será tu motivación, tu arma más poderosa.

 

Marcarte metas

 

Es el turno de las metas.

¿No son lo mismo las metas y los objetivos? Pues no.

Un objetivo es lo que quieres conseguir, las metas son los distintos “campos base” que tienes que alcanzar para finalmente llegar al objetivo.

Funcionan como medida de control y como facilitador.

Veamos un ejemplo con la libertad financiera, que es de lo que trata este post.

Tu objetivo es la libertad financiera y para ello debes ir alcanzando una serie de metas:

  • Primero registrar tus ingresos y gastos.
  • Después de tenerlos controlados, decides gastar un 20% menos.
  • Al final de ese año, en cuentas de un 20%, ahorras solo un 10% y cómo no sabes cómo hacerlo mejor, te formas.
  • El siguiente año ya consigues ahorrar ese 20%.
  • Ese año decides gastar la mitad en unas buenas vacaciones e invertir la otra mitad de tus ahorros para que crezcan.
  • Te formas para aprender a invertir mejor y más seguro.
  • Al siguiente año ahorras e inviertes cierta cantidad.
  • Y así hasta alcanzar tu objetivo: La libertad financiera.

Obviamente esto es una simplificación.

Lo que quiero que veas es que si sólo pensaras en la libertad financiera, te sería muy difícil controlar lo que sucede por el camino y se te haría eterno pues lleva tiempo.

Con las metas, además de ir controlando que todo está en su correcto cauce, tienes “pequeños subobjetivos” que tienes que ir cumpliendo y cuando lo haces te sientes bien.

Por lo tanto, te facilita toda la labor.

No hace falta decir que además de conseguir la libertad financiera hay que disfrutar de la vida.

De modo que otro objetivo puede ser ir de vacaciones y las metas ahorrar 150 euros cada mes para tal fin.

 

Crear un presupuesto anual

 

Después del control de ingresos y gastos necesitamos otra herramienta para gestionar las metas y objetivos: el presupuesto anual.

En la confección de un presupuesto anual debemos tener en cuenta todo lo que hemos visto hasta ahora pues es imprescindible para realizarlo correctamente.

En el presupuesto definimos la previsión de gastos e ingresos para el total del año.

Para ello necesitamos tener previamente el registro de ingresos y gastos para así poder hacer una previsión lo más acertada posible.

Cuando tengamos establecidos los ingresos y gastos para ese año, entrarán en juego las otras dos patas que hemos visto hasta ahora: los objetivos y las metas.

Decidiremos cuánto reservamos cada mes para conseguir esas metas que finalmente nos llevarán al cabo de X tiempo a la consecución del objetivo.

 

Las partidas más importantes del presupuesto

 

En todo presupuesto existirán diversas partidas o categorías que serán habituales en la mayoría de las personas:

  • Ingresos:
    • Fijos.
    • Variables.
    • Venta de artículos que tienes por casa y no usas.
    • Etc.
  • Gastos:
    • Alquiler o hipoteca.
    • Suministros.
    • Alimentación.
    • Trasporte.
    • Educación.
    • Sanidad.
    • Etc.

Cada una de ellas con sus distintos subapartados; por ejemplo, luz, agua, gas, etc. para los suministros.

Las habrá que serán fijas y por tanto previsibles como el alquiler, y otras que serán variables como la alimentación.

Lo importante es rellenar lo máximo con la máxima precisión posible, gracias a todos los datos del control de ingresos y gastos.

Después se puede confeccionar adicionalmente un presupuesto mensual si se quiere llevar un control más exhaustivo mes a mes.

 

Ahorro

 

Hucha-monedas

 

Cuando ya tenemos todo definido llega el momento de establecer el ahorro.

Y dentro del ahorro diferentes apartados según los diferentes objetivos.

Un ejemplo:

  • Jubilación o libertad financiera.
  • Imprevistos
  • Vacaciones
  • Universidad hijos

Y en función de la importancia que le demos a cada objetivo y el horizonte temporal, asignarle más o menos dinero mensual:

  • Jubilación o libertad financiera = 300€
  • Imprevistos = 150€
  • Vacaciones = 150€
  • Universidad hijos = 50€

En la asignación de esas cantidades obviamente influirá la previsión de dinero que se presuma “sobrante” tras haber registrado todos los ingresos y gastos previstos para el año.

Pero con eso no basta.

Cuando ya lo tengas todo hecho, puedes y debes revisar, qué conceptos de gasto podrías reducir y proponerte hacerlo.

De ese modo incrementar la aportación a las distintas partidas de ahorro.

Y lo más importante cuando ya estés de todo:

Establece una orden automática en tu banco que haga que nada más cobrar tu sueldo,vaya directamente la parte destinada a el ahorro a otra cuenta.

Así ya no ves ese dinero y te aseguras de que cumples.

En el mundillo se conoce como “pagarte a ti primero” o “preahorrar”.

Es el método más efectivo, créeme.

Esperar a fin de mes para ver que sobra lo que has previsto para el ahorro, ni es una opción, ni funciona.

Así te obligas a apañarte con lo que tienes y habías previsto, a no gastar de más y si se hace necesario en algún momento, a tirar de ingenio.

El ahorro no se toca, es sagrado. Recuérdalo.

 

Inversión

 

Con tan solo ahorrar no nos vale.

Ahora que tenemos ya el ahorro apartado de manera fija y segura cada mes, toca hacerlo crecer.

Debes aprovechar las bondades del interés compuesto para hacer que tu dinero trabaje para ti.

Realizar aportaciones mensuales en algún vehículo de inversión que te sea cómodo tanto por facilidad como por tranquilidad y tiempo.

Debes tener muy claro el horizonte temporal para cada objetivo.

Para la libertad financiera el horizonte temporal es a largo plazo, de modo que puedes ser más arriesgado en la elección del vehículo de inversión a utilizar.

Personalmente mi opción son los fondos indexados y los ETF.

 

Breve descripción de mis opciones de inversión

 

Para tal fin utilizo Indexa Capital, BNP Paribas y Selfbank.

El primero es un roboadvisor con unas comisiones más que decentes por hacer el trabajo que hace.

Cumplimentas un breve cuestionario en el que se define tu perfil de inversor y a partir de ahí realizas las aportaciones mensuales automáticamente y ellos se encargan de todo.

Para quien no entienda de finanzas o no se quiera complicar la vida, y a pesar de ello sacar rentabilidades decentes, Indexa Capital es la mejor opción a mi modo de ver.

También ofrecen planes de pensiones indexados.

BNP Paribas es un banco en el que puedes abrirte una cuenta para operar en fondos de inversión.

La pega en este caso, es que lo tienes que hacer todo tu manualmente; decidir qué fondo compras, los rebalanceos, etc.

Obviamente eso hace que las comisiones sean más bajas y es por eso que también tengo cuenta ahí.

Es una buena opción para quienes sepan un poco de qué va y quieran dedicarle un poco de tiempo.

Finalmente, Selfbank es casi idéntico al tema de BNP Paribas, pero en su caso yo abrí una cuenta de valores sin custodia.

Esto de la custodia es un canon de mantenimiento que te cobran algunas entidades por “almacenar” los valores que has comprado.

Antes estaba en Renta 4, pero al ver que me freían a comisiones de ese tipo, decidí pasarme a Selfbank que no las cobra.

Lo uso básicamente para operar con ETF i algunos fondos de inversión.

También conlleva un poco de conocimiento y tiempo.

Estas son mis opciones, pero hay muchas más igual de válidas:

  • Inversión en bolsa en empresas de valor y que repartan dividendo creciente de un modo constante en el tiempo.
  • Invertir en inmuebles.
  • Negocios.
  • Etc.

Lee, infórmate, fórmate (aunque sea un poco por Dios) y escoge la opción que mejor se adapte a tu personalidad y posibilidades.

Pero hazlo.

Pon tus ahorros a trabajar ya, esa es la manera de alcanzar la libertad financiera.

 

Crear un colchón de seguridad

 

cama-colchón-de-seguridad

 

Tal vez debería haber hablado de esto antes, pero la verdad es que esto no altera el método; o por lo menos el orden.

Eso sí, es súper importante.

Debes incluir en tu presupuesto una partida dentro del ahorro, destinada a crear un colchón de seguridad.

Este se recomienda que sea de entre 3 y 6 meses del total de tus gastos mensuales.

Imagina que de golpe y porrazo no ingresaras ni un céntimo.

Un colchón de seguridad de 6 meses te permitiría seguir con tu mismo ritmo de vida actual durante ese periodo de tiempo.

¿Capito?

Yo tal vez soy más conservador, pero creo que mínimo debe ser de 6 meses y si es de 1 año mejor.

Nada de los apartados anteriores te va a funcionar si no dispones del colchón de seguridad.

Va a ser tu salvavidas en momentos de penuria económica y sobre todo va a ser lo que te va a dar esa estabilidad y tranquilidad que tanto deseas.

El sufrimiento por si te echan del trabajo, o quieres dejarlo porque no estás a gusto, o se estropea el coche, o lo que sea, te lo va a solucionar el colchón de seguridad.

Por lo tanto, al ser lo primero que va a responder por ti, debes tener claras 4 cosas:

  1. Es lo primero que tienes que crear, antes incluso que el ahorro para la libertad financiera.
  2. Sólo se usa para urgencias o imprevistos gordos.
  3. Debe ser un dinero que debe estar disponible fácil y rápido sin que pierda valor (por tanto, nada de tenerlo en acciones de bolsa, por ejemplo).
  4. Si le tienes que echar mano, lo primero que deberás hacer en cuanto puedas, es restituir ese dinero de nuevo al colchón.

Los famosos ingresos pasivos

 

chica-sentada-sofa

 

¿Qué son?

 

Los ingresos pasivos son un tipo de ingreso que como su nombre indica, se generan por sí solos, sin nuestra intervención o casi sin la misma.

¿Por qué es interesante esto?

¿En serio? ¿Hace falta que te lo explique?  😉

Pues básicamente porque al no depender de nuestro tiempo, podemos usar el mismo para otros quehaceres.

Y eso ya de por sí es muy interesante, pero en términos de libertad financiera, se torna aún más interesante.

Pues cuanto antes consigamos mayores ingresos pasivos, antes podremos obtener nuestra ansiada libertad financiera.

¿Cómo puedes obtenerlos?

Hay muchas formas de obtenerlos: dividendos, regalías, infoproductos, etc.

No te las puedo escribir todas pues no acabaría nunca.

Pero si estás interesado en profundizar en el tema, puedes indagar en este curso de Agustín Grau (un crack del ámbito que lleva 20 años generando ingresos pasivos).

Yo mismo lo cursé y pude aprender 100 tipos de ingresos pasivos y cómo generarlos.

 

Tipos de ingresos pasivos

 

Aunque seguro que me dejo alguno, lo que sí te puedo describir brevemente son los tipos de ingresos pasivos que existen según como se generen:

  • Productos financieros: dividendos y plusvalías por la venta de productos financieros.
  • Inmuebles: las rentas generadas por el alquiler de un piso en propiedad y/o las plusvalías por la venta del mismo.
  • Propiedad intelectual: derechos de autor que generan ingresos por temas musicales, diseño gráfico, software, libros…
  • Infoproductos: cursos, libros, material didáctico, etc. vendido sin soporte (o con soporte, pero entonces ya no son 100% pasivos pues requieren de tu tiempo).
  • Afiliación: recomendaciones de compra de libros, aparatos de electrónica, cursos, etc.

Como comento en la sección de recursos y también habrás visto en algún momento a lo largo de este artículo, yo uso algunos de ellos.

En el caso de la afiliación, todo el mundo sale ganando.

Quien compra lo recomendado, lo compra al mismo precio “normal” que ya tenía el producto o en ocasiones, a un precio inferior gracias a algún tipo de descuento.

Por su parte, obviamente tanto el creador como el “recomendador” ganan algo de dinero.

Y si no quieres que quien recomienda se lleve nada -a pesar de que no influya en el precio al que lo compras- siempre puedes ir directamente por tu cuenta a la página del creador/vendedor.

Te digo lo mismo que en el tema de la inversión: fórmate y busca que tipo de ingresos pasivos se adaptan mejor a ti, pero empieza a usarlos.

Son una herramienta imprescindible para la consecución de la libertad financiera.

 

La libertad financiera no es gratuita, pero es muy rentable

 

No amigo, no me cansaré de repetirlo, no es fácil y en la mayoría de casos tampoco gratis.

Alcanzar la libertad financiera requiere constancia, disciplina y paciencia.

Y a no ser que seas un súper crack y además pases horas informándote y probando hasta acertar, te hará falta algo de formación.

En mi caso empecé así, horas de lectura de libros y artículos.

Después me metí en bolsa, y aunque no perdí dinero, descubrí el funcionamiento y vi que en mi caso no llevaba a ningún sitio.

Y finalmente decidí formarme.

Nunca el tiempo es perdido como dice la canción.

Pero los 3 años iniciales que destiné a leer, informarme y probar, hubiera preferido aprovecharlos desde el principio.

Entre otras cosas para aprovechar 3 años más de interés compuesto y ahorrarme absurdas comisiones.

Llevo gastados más de 5000 euros en formación y no tengo previsto parar.

Se amortizan solos.

Parafraseando de nuevo a Robert Kiyosaki, son “deuda buena”.

Esa formación me permite sacar mucho más rendimiento a mis ahorros, tener más conocimientos y habilidades para el trabajo al que me dedico.

Y eso es lo que me da de comer.

Gracias a la formación puedo hacer las 2 cosas que te acabo de mencionar y que me llevarán a la libertad financiera.

Por lo tanto, en formación no escatimo.

Por eso mismo lo reza así el título de este apartado: no es gratis, pero a la larga es muy rentable.

 

Psicología

 

El componente psicológico a la hora de conseguir la independencia financiera es innegable.

Es un largo camino, estará plagado de imprevistos, de dudas, de todo.

Por eso hay que estar preparado psicológicamente también.

Hay que coger hábitos, seguir las normas y no cesar en su cumplimiento.

Y todo lo que puedas hacer para que la psicología no se interponga en tu camino, estará bien hecho.

Como ya te he comentado en apartados anteriores, automatiza el ahorro y la inversión.

De ese modo apartarás el factor emocional. Automatizar es muy útil y efectivo.

Así que, si tienes tentaciones de pensar que tú sí que podrás llevarlo bien y que por tanto no quieres automatizar, allá tú.

Pero creo que vale la pena no correr el riesgo, al final no quieres ni tienes que demostrar nada a nadie ¿no?

Lo importante es conseguir el objetivo.

¿Vale la pena arriesgarse?

 

Formación

 

Ya te he contado las bondades de la formación hace un momento, pero deja que te “machaque” un poco más.

Dar pasos en falso penaliza, y mucho.

Todos nos hemos creído mejores que los demás en algún momento.

Pero no lo somos, y el día que aprendes te das cuenta de lo cabezón que habías sido y que ojalá te hubieras dado cuenta antes.

Cuando te formas el abanico de opciones se amplía.

Y a nivel psicológico, como entiendes mejor lo que sucede, te es más fácil sobrellevarlo.

No te estoy hablando sólo de formación financiera, que obviamente es el ámbito de este blog y en lo que me centro yo, te hablo de todo tipo de formación.

Yo mismo me he tenido que formar para aprender a llevar todo mi proyecto del ámbito offline al online:

Diseño web, marketing, copywriting, herramientas digitales…

Quiero dejarlo claro: no te digo todo esto para que compres alguno de mis cursos o de los cursos que recomiendo.

Obviamente si necesitas formarte en finanzas, me encantaría que fuera conmigo, no te voy a engañar.

Pero lo primordial que te quiero dejar claro en este artículo es que empieces ya con lo que tienes.

Y que algún día te formes, da igual con quien, pero hazlo por favor.

Te puedo garantizar que lo agradecerás.

 

Lo que hay en el camino que transcurre entre tomar la decisión y conseguirlo

 

Déjame un momento que te diga lo que hay antes de tomar la decisión:

  • Conformismo
  • Ignorancia
  • Miedo – intranquilidad.
  • Deudas (en muchos casos).

Y ahora vamos con lo que promete el título.

El camino entre la toma de decisión y la consecución es largo y arduo.

Lo he mencionado una y mil veces durante el artículo, pero es que quiero que quede claro cristalino.

Mi intención es aportar luz a este tema, apartar a todo aquel que lea este artículo, de las falsas creencias sobre la libertad financiera.

Ayudar a que no se caiga en engaños y a la vez a que se vea que es posible y cómo hay que llevarlo a cabo.

Cuando empieces y lo vayas teniendo todo claro, define una estrategia y no la cambies.

Puedes hacer pequeñas modificaciones durante el camino para mejorarla o por exigencias del guión de la vida, pero no grandes volantazos.

Ese es el error de la mayoría, y viene dado por la psicología.

Por eso he hecho tanto hincapié en que debes encontrar el máximo de herramientas posibles para que ésta no intervenga.

Tener claro el fin, la estrategia y ceñirte a ella es lo más importante para llegar a buen puerto en tu objetivo.

El resumen de lo que transcurre entre tomar la decisión y conseguirlo se centra en cinco sustantivos que ya he mencionado en algún momento:

Formación, Estrategia, Constancia, disciplina y paciencia.

 

¿Tengo que renunciar a todos mis caprichos si quiero alcanzar la libertad financiera?

 

No, no y no.

Nada de eso, estamos en este mundo solo una vez, así que hay que disfrutar.

Pero hay que hacerlo con mesura, saber cuáles son nuestras posibilidades.

Lo que no puede ser es que una persona que gana 1300 euros al mes, quiera:

  • Tener el último modelo de smartphone de 1200 euros.
  • Un coche de gama alta de 30.000 euros.
  • Comprarse una casa…
  • …y además marcarse 2-3 viajes de 2000 euros cada año.

Puede sonar exagerado, pero conozco a más de uno.

¿Cómo lo consiguen?

A base de crédito: préstamos personales, tarjetas de crédito varias…

Es la sociedad del consumo.

Nos venden el “¿por qué esperar si lo puedes tener ahora? Yo te presto el dinero”.

La gente se deja llevar por el impulso, por el gancho de que lo pueden pagar en pequeñas cuotas, pero a qué precio…

Acaban trabajando toda la vida solo para pagar todas esas deudas, que con los estratosféricos intereses que tienen consiguen 2 cosas:

  1. Que acabes pagando mucho más de lo que valía la compra si la hubieras realizado “a toca teja”.
  2. Que seas un esclavo del sistema que solo trabaja para pagar deudas.

Hay que tener cabeza hombre.

Endéudate lo mínimo posible y solo cuando sea del todo imprescindible.

Siempre es mejor esperar, ahorrar y pagar sin pedir prestado, créeme.

Obtienes más satisfacción y menos problemas.

Y tal vez para cuando tengas ese dinero ahorrado descubres que ya no quieres gastarlo en eso para lo que ahorrabas.

Todo son ventajas. La mayor de ellas: eres libre.

No debes nada a nadie, no dependes de nada ni nadie, tienes dinero y libertad para vivir la vida sin restricciones.

 

Alcanzar el objetivo está bien, pero no olvides disfrutar por el camino.

 

Ahorra para lo que realmente te haga feliz (tus objetivos) y siempre puedes guardar una parte para caprichos.

Se trata de poner las cosas en una balanza.

Si no fueras a cenar fuera y de copas con los amigos, tal vez tendrías 300 euros más cada mes, es cierto.

Pero tampoco te hablo de encerrarte en casa.

Puedes valorar, recortar de esa partida 100 euros y dejar los 200 euros restantes para seguir haciéndolo. Pero ahora con más mesura.

O por el contrario recortar “a saco” y tener así 250 euros más cada mes y dejar solo 50 euros para el entretenimiento.

Está claro que, si en todo haces como en este último caso, alcanzarás antes la libertad financiera y otros objetivos que tengas.

Pero si te pasas, igual no consigues nada pues te quemas por el camino.

De manera que no te flipes reduciendo “vida” y ahorrando demasiado.

Está bien hacerlo lo máximo posible, pero no renuncies a todo o te aseguro que tampoco lo conseguirás.

Repito, encuentra la mesura.

Pero no uses ese pretexto para ahorrar poco o nada y seguir haciendo lo que te plazca.

Simplemente elimina lo innecesario, reduce lo que puedas sin ahogarte y todo ello destínalo al ahorro y la inversión.

Te aseguro que se puede hacer sin perder calidad de vida y que cuando lo hagas, serás igual o probablemente más feliz.

¡Y ya no te hablo de cuando lleguen los distintos momentos en que vayas cumpliendo objetivos gracias a todo lo que te acabo de contar!

 

¿Qué te espera al final del camino?

 

luz-final-tunel

 

Al final del camino te espera más felicidad de la que ya tenías mientras estabas currándote tu libertad financiera.

Pero te aviso, cuando llegues al final, aún queda trabajo por hacer.

Mucho menos, pues ya se trata de disfrutar, pero de nuevo con mesura.

Con lo que nos ha costado, ahora no vayamos y la caguemos al final ¿no?

Sacar todo el dinero del tirón y fundirlo no es para lo que has estado ahorrando todos estos años.

Lo has hecho para poder vivir tranquilo, sin trabajar y disfrutar la vida.

De manera que en ese momento entra la administración de todo ese dinero que has acumulado.

Cobrarlo en las cantidades mensuales justas que necesitas para vivir y algún capricho más, será lo que deberás aprender a hacer entonces.

Te será fácil, pues ya llevarás años haciendo lo mismo.

¿Por qué te digo lo de ir cobrándolo mensualmente?

Pues por 2 motivos:

  • Ahorrarás una barbaridad en impuestos.
  • El resto del dinero seguirá trabajando para ti.

Eso es la verdadera libertad financiera.

Añade a la ecuación, que te has formado para aprender a obtener otro tipo de ingresos pasivos.

La libertad financiera además de llegar antes, te será más cómoda pues seguirás generando más dinero incluso después de retirarte.

 

Distintas maneras de conseguirla

 

En este apartado quiero hacer énfasis en que la libertad financiera no es solo poder dejar de trabajar algún día y vivir de rentas.

La libertad financiera también consiste en lo que ya te he mencionado en más de una ocasión a lo largo de este artículo:

  • Es poder asumir imprevistos económicos sin necesidad de endeudarse, hacer horas extra, sufrimiento, etc.
  • Poder dejar un trabajo que no te llena, para irte a otro o iniciar tu propio negocio sin sufrir por el dinero.
  • No sufrir por miedo a quedarte sin trabajo.
  • Son mil ejemplos más de este tipo.

Estabilidad financiera ➡️ Vivir tranquilo, sin estrés económico ➡️ Poder tomar decisiones libremente

 

Así que tenlo claro, la libertad financiera no solo consiste en poder dejar de trabajar en un futuro para vivir de ingresos pasivos.

También consiste en muchas más cosas y como has visto, todas muy positivas.

El éxito total no está asegurado, eso sí, depende sólo de ti.

Quien te asegure el éxito en esta empresa, en poco tiempo, con el uso de fórmulas mágicas, promesas exageradas y sin depender de tu esfuerzo: te está engañando.

Tenlo muy claro por favor.

Por desgracia hay mucha gente que promete todo esto, ya te he hablado de esa cuestión en “El lado oscuro de la libertad financiera”.

Increíblemente (o no) muchos de ellos son influencers y/o profesionales muy conocidos e incluso famosos.

No te dejes engañar, usa el sentido común.

Nadie regala nada ni existen fórmulas milagrosas… ¡Entonces todos seríamos libres!

El éxito depende única y exclusivamente de ti.

De tus conocimientos, de tu conducta.

Del tiempo, la paciencia.

Nadie puede entrar dentro tuyo y obligarte a hacer las cosas.

Debes ser tú quien aprenda cómo hacerlo, coja el hábito y lleve a cabo con disciplina y paciencia todo el proceso.

Si así lo haces, te puedo asegurar que tu vida y la de los tuyos será mucho mejor.

Y también te aseguro que conseguirás la libertad financiera ya sea total (dejar de trabajar y vivir de ingresos pasivos) o parcial (todas las bondades y más que te he contado en el apartado anterior).

 

Conclusiones

 

La primera y más importante es que si aún no has empezado a labrarte tu libertad financiera, debes empezar ya mismo.

Cada día que pasa es un día perdido, de modo que no procrastines y empieza ya.

En este apartado final creo que lo más acertado será hacer un pequeño resumen de todo lo explicado…

  • No es oro todo lo que reluce, la libertad financiera tiene un precio, se llama: conocimiento, hábitos, paciencia y disciplina.
  • La libertad financiera no se consigue en 2 días, huye de quien te prometa eso.
  • Puedes alcanzarla total o parcialmente, en cualquier caso es muy beneficiosa para ti y los tuyos.
  • En el 90% de los casos necesitas formación para conseguirla.

…y los pasos a seguir:

  1. Llevar un control de ingresos y gastos.
  2. Marcarte metas y objetivos.
  3. Realizar un presupuesto anual y si puedes mensual.
  4. Coger el hábito de ahorrar.
  5. Invertir tus ahorros.
  6. Automatizar los 2 puntos anteriores para eliminar el riesgo del factor emocional.
  7. Aprender y llevar a cabo nuevas formas de generar ingresos pasivos.

Creo que no he olvidado nada, aunque seguro que siempre se pueden aportar más cosas… ¡ni soy perfecto ni tengo la verdad absoluta!

Por lo tanto, te agradecería que comentes cualquier duda o sugerencia que tengas respecto a este tema o el artículo en general.

¿Echas en falta algo que no haya contado?

¿Tienes otros métodos o ideas complementarias?

Todos los comentarios serán bien recibidos y servirá para que todos aprendamos más, así que adelante, ¡estaré encantado de conocer tu opinión!

 

Fotos de portada y artículo: Pixabay

Fuentes estadísticas:

Estudio sobre gestión del presupuesto familiar – ESADE

Global Financial Literacy Survey

«Experiences Bring More Joy Than Possessions Do» By Serena Gordon – HealthDay